Remordimiento, no estas en mí,
desde aquí te veo
y nunca has podido joderme.
He visto lo que has hecho
con otros como yo,
colándote a través de la duda
y sembrando la culpa.
No has permitido a nadie
soñar, ser, crecer,
Has hecho de la angustia
tu arma mas letal,
y de la frustración
tu emblema.
Has hecho,
de nobles personas,
seres miserables
atrapados en su dolor.
Te paseas por las entrañas
de la honestidad,
haciendo gala
de tu juicio inconcluso
y tu condena inexorable.
Quisiste hacer de mí
que no purgara mi pena
quisiste que por mis venas
corra tristeza y dolor,
quisiste que el temor
se reflejara en mi cara,
quisiste que dejara
que la culpa me consumiera,
dejando que se muriera
la dicha que en mi reinaba,
que dignamente llevaba
a todas partes conmigo,
y compartir con mis amigos,
mis amantes, con la vida,
esa cosa tan querida,
que nos crece desde adentro
y se manifiesta en cada encuentro,
en cada abrazo, en la mirada
en la palabra empeñada,
en un beso, una caricia
en el llanto, en la risa,
en la alegría de vivir;
y cuando haya que partir
en ese viaje sin regreso,
desnudo, solo, tieso,
le quedará a cada uno
un recuerdo que ninguno,
podrá dejar en el olvido
ese amor tan querido,
que entrego a cada momento
desde el profundo sentimiento,
con los brazos extendidos.
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