sábado, 12 de junio de 2010

Amante

Desnuda, te quedaste dormida,
te contorsionaste,
y tu cuerpo tomó la forma de una rosa.
Tu cara estaba distendida,
tus párpados suavemente cerrados.
Tu boca, silenciosa,
guardaba los gemidos
de esa noche.
Tus manos aún parecían
estar acariciando mi cuerpo.
En tu pecho,
otrora agitado,
había calma.
El vientre relajado,
y tu pubis sereno.
Y así
te quedaste esa noche,
mientras te miraba,
y pensé,
no quiero irme,
no quiero volver.
Solo quiero seguir contemplándote,
desnuda, dormida,
suave.

No hay comentarios: