sábado, 12 de junio de 2010

Oración del capitalista arrepentido ante el pueblo

De la palabra empeñada,
nada queda.
De las promesas juramentadas,
nada queda.
De los valores mas nobles,
nada queda.
Vendaval de codicia,
deshonesto, mezquino.
Aluvión perverso,
malicioso y egoísta.

Arrodillado ante ti,
oh soberano,
derrotado en mi fe,
yo pido piedad,
por el mal que causé.
Quita de mí alma
la miseria de mi obra,
despójame de toda riqueza,
y haz de mi
un nuevo hombre.

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