domingo, 22 de agosto de 2010

El umbral

Cuando llegue la hora, cuando sea el momento,
cuando ya no pueda decir nada, ni pueda oír,
cuando sea lo mismo todo o nada,
cuando el final de algo, sea el comienzo de otra,
cuando no vea al mirar, ni mirar pueda,
cuando deje de pensar, de sentir, de desear,
cuando el llanto y la risa juntos se manifiesten,
cuando este frente al umbral,
cuando no pueda volver atrás, y solo cruzar,
cuando no sepa mas de nadie, y nadie pueda saber de mí,
entonces, como una brisa,
habré pasado por aquí, y tal vez, dejado algún recuerdo,
habré amado con mucha pasión y odiado con mucho dolor,
habré sentido dentro mío, que no tuve nada,
habré querido contener para mí todo lo cercano y lo lejano,
habré llenado mi corazón de tantas cosas, que ya no tenga,
habré, y ya no habrá.
Quien tomará de mí algo, quien será el que siga,
quien hará algo en mi ausencia, evocándome,
quien creerá que lo merezco, que lo vale,
quien sabrá que mi viaje, sin destino
se llevará consigo todo lo que fui.
Detrás de mi queda todo
y una luz se aleja y desvanece hasta apagarse,
y delante mío una puerta se abre hacia la nada.

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